EL SEMINARIO DE TRABAJO INTERDEPARTAMENTAL CREADO EN EL IES ÁNGEL SANZ BRIZ PRETENDE DIFUNDIR EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA EL CONCEPTO DE CULTURA FÍSICA PARA DAR A CONOCER LA GLOBALIDAD DE SU DIMENSIÓN.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Adolescencia, deporte y crecimiento personal

Del niño fantasioso que juega y ensaya conductas motrices,
al adolescente imaginativo, entusiasta y deportista
y al adulto pragmático, productivo y practicante.


Tradicionalmente, se ha visto el deporte como una actividad lúdica basada en el esfuerzo físico y la competición que distrae a los niños y adolescentes del rendimiento académico, eminentemente mental, pero también cimentado en el esfuerzo y la competencia. En el imaginario colectivo de padres, educadores, gestores sociales y políticos, la actividad formativa de los adolescentes corresponde fundamentalmente al rendimiento intelectual, que no físico.
El estudio citado y otros similares rompen el mito sobre la mala transferencia entre el rendimiento académico y la actividad física y el deporte, pero también refuerzan el papel de las prácticas físicas sistematizadas en el crecimiento personal de los adolescentes y en su encaje social.
Es evidente que para un crecimiento personal armónico y eficiente es preciso desarrollar un conjunto de actividades múltiples y diversas entre sí, pero que se implementan para dotar al adolescente de una auténtica formación integral, sustentada en una sólida ética de la convicción y en una decidida ética de la responsabilidad.
La actividad física y el deporte deberían ser el eje conductor de esta política en la etapa adolescente y así poder colaborar eficazmente en el crecimiento personal de nuestros jóvenes, pues somos, por estructura filogenética, un cuerpo diseñado para moverse y desplegar una compleja gama de conductas motrices. El hombre, ante situaciones de cambios profundos (como los que se producen en la adolescencia) necesita de una íntima atención corporal y de un mayor contacto con la práctica física para poder integrarse, de manera eficiente y satisfactoria, a la nueva realidad.

Javier Olivera Betrán